Blog Oficial de la actriz y escritora Sevillana María de Adorna

Bienvenidos a la web oficial de María Muñoz Ballesteros, más conocida como "María de Adorna". Actriz sevillana, mujer con carácter, apasionada y luchadora. Artista Sevillana, dedicada en cuerpo y alma a su gran pasión "El Teatro". Sus recuerdos, sus pensamientos, sus pasiones, SU VIDA.

En este lugar se intentará dar a conocer a esta artista, escritora y actriz sevillana de 84 años que pese a su edad no ha dicho no a las nuevas tecnologías. Ella contará sus recuerdos, hará memoria de su vida paso a paso. Una Guerra, una Niña, un Amor único, un Trocito de Historia.

martes, 22 de mayo de 2012

Mi Juventud 10ª parte

Hoy quiero empezar con un recuerdo de mi madre y mis hermanos, hace muchos días que no hablo de ellos. 

Todo seguía por buen camino, mi madre estaba bien, tenía a sus hijos con ella y cada uno con su vida. Mi hermano Antonio, el jefe de la casa, mandón y autoritario, como el mayor. Mi hermano Manolo en su farmacia, muy querido y muy formal como fue toda su vida. Mi Chico ahora ya no era "calentero", ahora era lechero, como fue toda su vida jajajaja (en Sevilla, un niño lechero es el que da mucha guerra). Mi abuela seguía con su costura y yo le ayudaba por las noches. 

Un día mi hermano Antonio tuvo una idea... ¿os acordáis cuando en mi niñez encontré en una de las casas, una cesta con ovillos de lanas y mi hermano Antonio me hizo unas agujas con unos radios de bicicleta?... ahí empezó mi afición por hacer punto. Pues una tarde se le ocurrió hacerle un arco con flechas a mi Chico y no tuvo otra idea que utilizar también radios de bicicleta para las flechas. El Chico empezó a tirar las flechas en el jardín de la entrada de casa y una rebotó y se le clavó a mi hermano Antonio en un tobillo, estuvo quince día de baja en la panadería (en esta vida parece que las cosas se repiten y muchos años después uno de mis nietos también nos hizo pasar un mal ratito con otro arco y flechas ya no de bicicleta).



En esos días de baja en su trabajo en la panadería hubo un problema con los patrones. El patrón llamó a la guardia civil porque tenía la sospecha de que los trabajadores se llevaban pan. Por la mañana lo registraron a todos y efectivamente, unos llevaban dos piezas, otros tres... mi hermano no estaba pero enviaron a un compañero a por él, cuando llegó a la panadería el guardia civil interrogaba al maestro de pala que había sido para mi hermano como su padre. Cuando vió que lo interrogaban y empujaban para que dijera quien de los trabajadores se llevaba el pan, mi hermano le dijo que él no tenía culpa ya que todos se lo llevaban pero que no le pegaran mas y preguntaran a todos si es que eramos culpables pero que tuvieran en cuenta que él estaba de baja y habían ido a su casa a buscarlo.

 Maestro de Pala

El guardia civil se quedó mirándolo y le dijo: ¿Qué pasa, tú eres el mas valiente?... No se que pasó mas pero si que desde ese día todos los trabajadores, ocho en total, se pusieron de acuerdo para no sacar mas pan de cada saco de lo que mandaba la ley, entonces el pan estaba racionado. Pero... no pasó mucho tiempo cuando el dueño volvió a pedirle al maestro de pala que por favor volvieran hacer mas piezas de cada saco y que podían llevarse ellos también, según parece se estaba arruinando cuando ya hacían el pan obligatorio. Cuando todo esto ocurrió mi madre se puso en contacto con un abogado amigo de mi abuelo, él fue quien le aconsejo a mi hermano que exigiera al patrón un kilo de pan al día ya que entraba en convenio de su trabajo.



En fin, mi madre iba viendo día a día que sus hijos iban viviendo su vida y poco a poco buscaría su camino.

-¿Yo... como estaba?

Además de coser con mi abuela todo iba igual, los bolos, los ensayos... Aquél domingo quedé con Adorna para ir al colegio y también venía mi hermano Manolo, tenía muchas ganas de ver a Sor Josefina.

Llegamos y a las monjas le gustó mucho Adorna, sobre todo a Sor Pilar, no se lo que hablaron pero sería bueno,  Adorna salió muy contento y prometió que volveríamos mas a menudo, lo que no pude hacer porque las circunstancias me lo impidieron.

 Sor Pilar

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