Blog Oficial de la actriz y escritora Sevillana María de Adorna

Bienvenidos a la web oficial de María Muñoz Ballesteros, más conocida como "María de Adorna". Actriz sevillana, mujer con carácter, apasionada y luchadora. Artista Sevillana, dedicada en cuerpo y alma a su gran pasión "El Teatro". Sus recuerdos, sus pensamientos, sus pasiones, SU VIDA.

En este lugar se intentará dar a conocer a esta artista, escritora y actriz sevillana de 84 años que pese a su edad no ha dicho no a las nuevas tecnologías. Ella contará sus recuerdos, hará memoria de su vida paso a paso. Una Guerra, una Niña, un Amor único, un Trocito de Historia.

martes, 22 de enero de 2013

Mi Juventud en el Teatro 22ª parte

El sábado serian las doce llegó Adorna. Mi madre estuvo un rato hablando con él, ella dijo que estaba conforme con lo que queríamos hacer. Mi hermano Antonio también estuvo de acuerdo. 

Adorna me dijo que si quería ir a comer a su casa ya que su madre nos estaba esperando, yo no sabia que decir ya que había pasado mucho tiempo que no veía a nadie de su familia. Le dije que tenía que estar en el teatro a las siete y el me contestó que él también a lo que yo le dije, pues es verdad. Mi madre empezó a reír, así que cogí el bolso y una chaqueta y nos fuimos. Recuerdo que el autobús en aquellos momentos era el número 11 que iba para el centro de Sevilla.

Cuando íbamos por el centro, le pregunté:

-¿Pero no vamos para Castilleja?

-No... Vamos a comer algo y luego al cine, a mi casa otro día. Hoy es para nosotros.

A mi me pareció bien, llevábamos mucho tiempo sin estar juntos, sin cogernos las manos y estar cerca. No me lo podía creer.

Paseando él me preguntó como me lo había pasado en esos meses, en esos casi mas de tres años. El me contó que había empezado a trabajar en la radio con Santisteban y Pepe da Rosa y en el cuadro de actores de Radio Sevilla.

Yo le dije:

-Y también has tenido un par de novias...

-No... De amigas... me dijo. (En todos los tiempos los hombres han tenido amigas con derecho a roce).

Adorna me siguió contando cosas de su trabajo en esos años, tenía que estar en la radio, doblar actores en las obras y cuando acababa se marchaba para la Estación de Autobuses. Su jefe le dijo un día que así no podía seguir y ya fue dejando cosas y dedicándose a su trabajo mas tranquilo y descansando.

Le pregunté si en ese tiempo ganaba mucho y él me dijo que si pero lo gastaba en cenas, comidas, etc.

Así hablando de nuestras cosas llegamos al cine. Él me dijo que de mí lo había sabido todo desde que me marché. Joaquín cuando había estado en Sevilla con Margarita le dijo que él lo que mas admiraba de mí era la capacidad de trabajo que tenía y que en el teatro cada día iba mejor y tenía mucha afición. 

Yo lo escuchaba callada.

Siguió contándome que con Miguelito también había estado en contacto y que él le había escrito una vez en una de las cartas que se diera prisa porque podía perderme ya que tenía muchos admiradores en todos los pueblos donde actuábamos.

Empezó la película y nos callamos. No iba al cine desde la última vez que fui con las niñas. En la película trabajaba uno de mis actores favoritos, Spencer Tracy. El lo sabía y me dijo muy bajito:

-Tus dos amores él y yo...

                                                          Spencer Tracy (Mi segundo amor)

Cuando terminó el cine tuvimos el tiempo justo para llegar al barrio yo me fui para casa y él para el teatro. Al llegar a casa estaba mi hermano Antonio y me dijo:

-¿Qué?... anoche en el teatro te dieron un pateo (lo dijo con un poco de guasa).

-No, al contrario...

-Si ya me lo han dicho.

-¿Quién tu amigo? El que siempre da la nota.

-Él dice que le gustó mucho.

Ya no hablamos mas porque mi madre me hizo un gesto. Cuando ya se marchó me contó que mi hermano le había contado que todos sus amigos le habían dicho que la noche anterior había estado muy bien, en el barrio decían, según mi hermano le contó a mi madre, que era “La Bette Davis” del Tiro de Línea

No dije nada mas, cogí mi maletín y me fui para el teatro. Adorna me estaba esperando y me dijo que Joaquín le había comunicado que esa noche nosotros terminábamos con el sainete del Chiquillo

-Eso no puede ser, yo termino la obra y no me dará tiempo para cambiarme...

Joaquín me dijo que ya lo arreglara yo como pudiera, así que me fui a buscar a doña Pepita y ella me dió la solución:

-Te pones una blusa debajo y una falda encima de la otra, el delantal encima de una silla y el telegrama lo metes en el bolsillo del delantal (ese era todo el atrezzo que necesitaba para el sainete).

Adorna cuando fuimos a empezar el sainete me dijo que tranquila, yo le dije que lo estaba que si me ponía nerviosa era porque todos estaban siempre pendientes de nosotros con risas y comentarios. 

Al terminar Joaquín me dijo:

-¿Qué, te daba tiempo para todo? Desde hoy voy a ser mas severo contigo, ya llevas tiempo y cada día te voy a exigir mas, nos fuimos para el bar de todas las noches y nos hicieron pagar ya que decían que mucho tiempo les habíamos estado tomando el pelo.

Al despedirnos le pregunté si esa noche también dormía en el trabajo y me dijo que no porque entraba al medio día y llegaría a la hora de la obra. 

Nos despedimos en la puerta de casa como en aquella época se despedían todos los novios... ya os podéis imaginar. 

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