Blog Oficial de la actriz y escritora Sevillana María de Adorna

Bienvenidos a la web oficial de María Muñoz Ballesteros, más conocida como "María de Adorna". Actriz sevillana, mujer con carácter, apasionada y luchadora. Artista Sevillana, dedicada en cuerpo y alma a su gran pasión "El Teatro". Sus recuerdos, sus pensamientos, sus pasiones, SU VIDA.

En este lugar se intentará dar a conocer a esta artista, escritora y actriz sevillana de 84 años que pese a su edad no ha dicho no a las nuevas tecnologías. Ella contará sus recuerdos, hará memoria de su vida paso a paso. Una Guerra, una Niña, un Amor único, un Trocito de Historia.

sábado, 9 de febrero de 2013

Mi juventud en el Teatro 24ª parte


Dios mío... como iba cambiando mi vida. En mi casa, mi cuñada diciendo que era la mejor mujer para su hermano, todos felices. No podía creerlo.

Las niñas Ani y Margarita querían mucho a Adorna pero no para que yo me casara con él porque me iría y no estaría con ellas, Yo pensaba si podría cambiar tanto de vida, dejar el teatro por lo que tanto había luchado, dejar mi independencia, en fin no quería pensar mucho en ello.

Por lo pronto lo que si puse muy claro era que mientras no estuviera la reforma de la casa terminada yo seguiría trabajando primero para ayudar y después para no agobiarme con todos los preparativos. Lo bueno era que no estaríamos muy lejos, teníamos varios contratos cercanos a Sevilla, después de Los Palacios íbamos a Cádiz capital y a La Línea de la Concepción y Vejer de la Frontera. Así que pensé, entre una cosa y otra casi 16 meses y luego ya veríamos.

Cuando ese día llegué al teatro, Ani me estaba esperando muy contenta. Tenía una muñeca preciosa que le había regalado se padre por la obra de La Ciega de París, le dije:

-Ani... Qué bonita es.



Ella me dijo que también había un regalo para mí pero me advirtió que no dijera nada y me hiciera la sorprendida. Yo le dije que estaría callada, haciéndome cómplice con sus secretos que era lo que a ella  le gustaba. Siempre me comentaba todo lo que ocurría a unos y otros, no tenía amigos de su edad. Era una de las cosas que yo tenía muy clara, cuando tuviera hijos tendrían su casa, su colegio y sobre todo sus amigos. A mí me daba mucha pena de estas niñas, nunca tenían amigas. Iban de un sitio a otro, maestros en casa sin compañeros. Unas niñas que tenían de todo pero sólo a mí para jugar. Me empecé  a preocupar por el día que tuviera que decirles que me marchaba porque sabía que lo pasaríamos mal ellas y yo, habían pasado casi 4 años y para los niños es mucho tiempo. Tres Navidades... yo pensaba, les pasa como a mí en el colegio, es lo único que van a recordar de su niñez en su vida.

En fin, todo esto me ponía muy triste pensarlo y se lo comenté a Adorna y él me dijo que nosotros iríamos a verlas muy a menudo que él y Joaquín habían quedado de acuerdo para que nos fuéramos el mes de vacaciones cuando nos casáramos. Yo le dije que todo estaba muy bien pero que estaría con ellas un mes pero me volvería a marchar y las dejaría de nuevo solas.

Estaba en mis pensamientos cuando Ani me dijo:

-Mariquita mi padre te llama.

Fuí para su camerino y Anita me dió un paquete, me dijo:

-Esto es un regalo por lo bien que estuvieron ustedes en la obra y por lo que has ayudado a Ani.

Era una chaqueta de angorina rosa pálida, preciosa. Entre una cosa y otra dieron el tercer aviso para empezar la obra y yo aún estaba sin vestir lo hice deprisa y no recuerdo que obra representábamos ese día, ya no estaba nerviosa actuando en mi barrio, me sabía querida y con muchos fans.

 Era algo parecido a esto pero de mas pelito, de angora.

Unos días antes de marcharnos un grupo de espectadores acordaron darle un homenaje a Joaquín y trajeron algunos regalos, entre ellos una placa. 

Yo siempre le advertía a mi madre que si mi Chico quería ir al teatro alguna noche, debía ir arregladito, vamos, se debía bañar y con la ropita mejor que tuviera. Pues esa noche, me parece mentira, parece que lo esté viendo por el pasillo con un ramo de flores en una mano y en la otra un regalo. Sus pantalones cortos, una camisa blanca toda llena de manchas. El para oler bien había cogido un bote de brillantina, de mi hermano Antonio, pensando que era colonia. Todo lleno de lamparones llegó al escenario y Joaquín le dijo:

-Gracias Chico... ¿esto es para mí?.

-Qué dices... esto es para mi hermana María de los admiradores de su barrio.

El público empezó a aplaudir y él a saludar, todos nosotros muertos de risa,  total, todos terminamos aplaudiendo al de la camisa llena de brillantina, a mi Chico... mi hermano Gonzalo.

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